Rafting en Llavorsí
Hace ya muchos años que disfrutamos de un descenso de rafting. Tantos, que sólo guardamos el buen recuerdo. Ahora con dos peques son muchos los que piensan que los deportes de aventura no son posibles, que deben realizarse en solitario o que sólo las actividades más sencillas están permitidas. Me encanta poder decir que no es así, que los descensos en rafting son también cosa de familia.
En esta ocasión nos vamos a dirigir a Lleida, una gran desconocida para nosotros. Adoramos el pirineo Oscense porque lo conocemos bien, pero no hemos podido disfrutar de las grandes posibilidades que nos ofrece Lleida debido a la distancia, demasiada para un fin de semana, así que siempre parábamos antes. Sin embargo y aprovechando que el lunes es fiesta hemos programado un fin de semana con actividades y relax junto con los amigos de Furgobidaiak y gracias la invitación que la empresa RocRoi nos ha hecho para disfrutar en familia de algunas de las actividades que ofrecen.
Sin duda la más esperada del fin de semana va a ser un descenso en Rafting, 14 Kms de un espectacular recorrido entre Arboló y Collegats. Este tramo del río combina diferentes zonas de aguas tranquilas, donde podemos aprovechar a tirarnos al agua y practicar los rescates por si alguien se cae en el descenso, con pequeños rápidos y saltos que nos harán disfrutar bonitas sensaciones.
En nuestro caso vamos a ocupar una balsa para las dos familias, somos 4 adultos y 3 niños además de nuestro guía, así que nos va a tocar remar, pero en realidad la idea nos entusiasma y nos dirigimos al centro de la empresa RocRoi en Llavorsí. Junto con muchas otras caras de felicidad y entusiasmo entramos en su oficina para recoger nuestro material y nuestras instrucciones.
Para cada uno de nosotros un traje de neopreno, unos escarpines, casco y chaleco salvavidas. Éste va a ser un tramo denominado para familias o primeras experiencias pero la seguridad es lo primero, así que callamos y escuchamos las primeras instrucciones sobre el material. Para nuestro hijo pequeño y los demás que están allí de edades similares, además del traje de neopreno (son de tirantes y no de manga corta o larga) nos dan además una chaqueta, también de neopreno.
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Os habéis puesto uno alguna vez? Yo en varias ocasiones y siempre tengo la sensación de que me toca uno 2 tallas inferior. Se que no es así, sino que el material es difícil de poner y que debe ir pegado para guardar el calor del cuerpo y no perder temperatura en caso de caer al agua. El secreto consiste en reírse y resoplar, en cuanto consigues meterte dentro es como una segunda piel, se acopla y pega sin problemas. Con caras cómplices y algunos sudores nos damos prisa en vestir a los niños y salir pitando con el grupo donde están las balsas y donde ya nos espera el que será nuestro guía.
Nos va a dirigir Lucas, un joven argentino que no pierde la sonrisa a pesar del variopinto grupo y que una vez que nos ve bien conjuntados y con nuestros remos comienza a explicarnos cómo debemos remar, cuáles serán las órdenes que nos irá dando y cómo el recorrido que vamos a comenzar.
Con los nervios a flor de piel por la emoción de pequeños y mayores cargamos nuestra balsa y nos dirigimos al agua. Esto comienza y no hay marcha atrás.
Nuestros peques comienzan expectantes, no saben qué se van a encontrar por mucho que se lo hemos querido explicar, pero en pocos minutos y después del primer salto, en un rápido que navegamos de forma correcta, comienzan a gritar de alegría. De aquí hasta el final risas, peticiones para repetir y el cuanto falta tan típico de los viajes se convierte aquí en un, ¡¡no quiero que se acabe!!
La mejor forma de explicaros lo bien que lo pasamos es que lo veáis en las imágenes que RocRoi recogió a lo largo del recorrido.
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Una vez que finalizamos nos dirigimos de nuevo a las instalaciones de RocRoi, donde tenemos aparcada nuestra furgo. Allí tuvimos la suerte de compartir conversación con Carlos, el dueño y promotor de una empresa joven (nació en 1996) al que le vimos interesarse por todos los que llegábamos, con ganas de comprobar que había sido una buena experiencia y que la satisfacción era la nota general. Pudimos saber de su mano que el material que habíamos utilizado se renueva todos los años buscando mantener la calidad, aunque no sea necesario, incluso que los trajes están hechos exclusivamente para ellos.
Después de un rato de charla que los peques aprovecharon para mezclarse con el personal que estaba limpiando a mano todo el material usado nos despedimos, el día es muy caluroso y todavía nos da tiempo a un nuevo baño en la piscina del camping en el que pernoctamos.
Camping Aigüestortes: Ctra. C-13 · 25580 ESTERRI D'ÀNEU · LLEIDA N42°36'53" E1°7'27"
Canoas en el lago La Torrasa, la guingueta d’àneu.
Amanece un nuevo día y muy cerca del camping, a menos de 5 minutos se sitúa el lago La Torrasa, un enclave con un paisaje precioso en el que se pueden practicar diferentes actividades, canoas, kayak, paddle surf, etc.
Dispone además de un pequeño bar y una gran explanada donde poder extender toallas y pasar el día. Para los peques de la casa, inflables en el agua que les hacen disfrutar y gritar.
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Hemos elegido dar un alegre y tranquilo paseo por el lago, por si ayer no remamos lo suficiente hoy tendremos una nueva oportunidad.
Como nosotros somos 4 personas tenemos dos opciones, dos canoas o kayaks de dos plazas o directamente una de cuatro. Optamos por ésta última, vamos a ir la familia junta y veremos que tal se nos da. Es nuestra primera vez con niños.
Lo más especial de esta actividad es sin duda el lugar en el que se desarrolla. Son muchos los lagos o incluso rías o ríos que nos brindan la oportunidad de alquilar kayaks y canoas pero hacerlo rodeados de altas montañas le confiere un carácter diferente.
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Después de una hora de remar, de competir con Furgobidaiak como si en estuviéramos en las regatas y de reírnos hasta cansarnos decidimos abandonar nuestras embarcaciones y retirarnos a la zona de relax. Dejamos que los niños se diviertan tirándose al agua por el tobogán y dejamos que pase la mañana, nos lo hemos ganado.
Llavorsí
El fin de semana llega a su fin pero antes de volver para casa decidimos conocer Llavorsí, un pequeño enclave en la comarca de Pallars Sobirá que nos ha acogido en esta salida. Llegamos hasta ella y recorremos a pie su pequeño centro.
Nos encontramos con las construcciones a las que todo el pirineo nos tiene acostumbrados, casas de piedra gris y tejados de pizarra, donde hasta el más mínimo detalle se cuida para decorar la entrada de las casas.
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Y para dar por finalizada nuestra estancia volvemos hasta Gerri de la sal, un pequeño pueblo por el que pasamos en nuestro recorrido haciendo rafting y donde unas antiguas salinas aún pueden visitarse. Debajo de su puente medieval hay una pequeña zona de baño que quisimos aprovechar para comer y darse un último chapuzón.
Sin duda Lleida nos ha enseñado un poco de la magia que esconde dentro y volveremos pronto para seguir descubriéndola.