Este fin de semana no hay tiempo para ir lejos. Al aitatxo le ha tocado trabajar el sábado y el domingo hay que dedicarlo a preparar la vuelta al cole después de las vacaciones de Semana Santa, así que elegimos un lugar cercano que podamos disfrutar y si podemos jugar con la cámara mucho mejor.
Un rápido vistazo a todas esas rutas guardadas y la ganadora es «Cascadas del río Corraladas», no es un lugar muy conocido así que no encontraremos mucha gente pero tampoco la ruta parece estar muy clara por el mismo motivo, sin embargo creo que podremos encontrarlas.
Llegamos hasta el pueblo de Beluntza, aparece nada más coger el desvío a Orduña al pasar el peaje desde Bilbao. No es fácil dejar el coche por aquí, tan sólo son unos pocos baserris y aparcar en casa de otro no me parece correcto. Después de las dudas decidimos bajar con el coche por el comienzo de la ruta, una pista con fuerte pendiente de desnivel en el último caserío del pueblo, junto a un árbol grande y solitario, justo después del desvío al pueblo de Izarra.
El camino es una pista de buenas condiciones, nos encontraremos dentro de la senda del pastoreo GR282 que tendremos que seguir en dirección Altube. En nuestro camino hacia las cascadas nos encontraremos con dos desvíos a la izquierda, en ambos casos seguiremos por la senda por la que venimos sin desviarnos. Después del segundo desvío la senda comienza a subir en ligera inclinación.
Sin dejarla en ningún momento nos encontraremos que de repente ésta se ha terminado y nos damos de bruces con una alambrada metálica, descenderemos brevemente por la izquierda donde una ligera senda parece abrirse entre los árboles hasta enlazar con una nueva pista y continuar camino en la misma dirección que ya traíamos.
Al finalizar este nuevo sendero y llegar a su fin podemos desorientarnos, si queremos seguir las marcas rojas y blancas de la derecha éstas nos llevarán por debajo de la autopista y paralelos al río Altube, pero nos alejará de las cascadas que queremos ver. Si os paráis brevemente a escuchar el silencio el rumor de los saltos del río os indicará por dónde ir, si sois duros de oído comenzar a bajar por la izquierda, con cuidado si ha llovido recientemente y la primavera comienza porque los mantos de hojas del hayedo y la tierra mojada crean verdaderas pistas de patinaje.
Prácticamente hemos llegado, sólo hay que seguir el ruido de las cascadas, descendemos hasta ellas y nos encontramos el primer gran salto que podemos disfrutar. No sólo son bonitas por los metros de caída que nos muestran, sino por la soledad que las acompaña.
Una vez disfrutada ésta descendimos un poco más para disfrutar de un gran salto, sin laguna en este caso pero con pequeños descensos.
Aunque es una ruta corta y de dificultad sencilla hay que insistir en que el terreno es muy resbaladizo cuando ha llovido recientemente. El mejor momento del año para disfrutarlas es en primavera con el deshielo o después de unos días de lluvias. Os recomendamos el paseo.