Hoy tenemos de nuevo la suerte de contar con la compañía de Raquel, mi prima y nuestra guía a mundos nuevos. Hemos quedado para hacer una ruta a la Cascada las Pisas y después ir a la cueva Vaca. Esta cueva pertenece a un complejo Kárstico de origen freático que comprende el sistema Piscarciano – Vacas – Arenas.
Llegábamos sabiendo que no se podría explorar entera pues en esta época está inundada y es en verano cuando se seca y se puede recorrer, pero aún así Raquel nos decía que sólo entrar a la sala grande merecería la pena. Además la oportunidad de aprender a pintar con linternas en la oscuridad de la cueva y captar alguna imagen para el recuerdo era suficiente motivo para terminar allí la jornada.
Es fantástico entrar a una cueva no turística y disfrutar de sus formaciones, del silencio que la rodea…, para mí están rodeadas de un aura mística que me impulsa a hablar bajito y a cuidar sobremanera todo lo que veo. La naturaleza tiene tanto que darnos que lo mínimo que debemos hacer es respetarla.
Eso sí, que nadie se olvide que estamos hablando de una cueva natural, nadie que no conozca el terreno y lleve el material adecuado debería entrar jamás en una de ellas. Podemos perdernos, darnos un mal golpe o caernos en una sima que no hemos visto. Nosotros llevábamos ropa adecuada, nuestros frontales de luz y la compañía de una experta conocedora (y nuestros seguros de la federación de montaña y espeleo en regla).
Nos dirigimos al pueblo de Soncillo y tomamos camino de la Hoz de Arreba. Aproximadamente a 3,5 kms en esta carretera se abre un pequeño terreno donde podemos dejar el coche, un poco más adelante veremos una senda a la derecha pero es un camino privado que no debemos usar. Nos dirigiremos hacia el chalet al que conduce dicho camino pero a través del monte. Lo haremos en paralelo a la gran hoya de Piscarciano que dejaremos atrás hasta llegar al extremo Oeste de dicha Hoya, bajo un gran resalte calcáreo de 20 metros se encuentra el acceso al sector más occidental del Complejo.
Volveremos a esta cueva en el periodo seco para disfrutarla entera pero la imagen al llegar nos golpeó directa a los sentidos. Disfrutamos de ella durante muchos minutos y tuvimos que recordarnos que el sol comenzaba a bajar y queríamos hacer la vuelta al coche de día, por corto que sea el recorrido vamos con niños y soy consciente que dentro y haciendo fotos, el tiempo pasa volando.
Como la cueva está inundada nos toca pasar por un pequeño puente natural de rocas, algunas tienen una buena cantidad de musgo húmedo por lo que hay que hacerlo con cuidado. Una vez franqueado el imponente portalón de entrada a Vacas, la cavidad se estrecha y reduce bruscamente su altura pero pasamos sin problema, de repente entramos en una sala de unos 30 metros, efectivamente la sala está inundada, pero es espectacular, no se si seca nos gustará tanto.
Nuestro recorrido a la cueva finaliza aquí no podemos seguir así que disfrutamos de las formaciones que vemos y de los pequeños murciélagos colgados del techo. Llegamos a contar 9 pero no conseguimos que interrumpieran su sueño a pesar de nuestras linternas y focos, una pena no verlos volar 😉
Os dejo dos imágenes de la gran sala, espero que la disfrutéis tanto como nosotros. Estropeé la imagen panorámica enfocando mal una de las tomas, pero eso me da más motivos para volver.