Cuando uno viaja a los fiordos Noruegos, o a cualquier otro lugar, siempre elije aquellas excursiones que no quiere perderse. En ocasiones son paseos o rutas de naturaleza, en otras ciudades o pueblos y en algunas simples puntos de visita que no queremos dejar pasar.
En nuestro viaje marcamos dos imprescindibles, ambos condicionados además por el tiempo meteorológico, pero que haríamos lo imposible por lograr. Uno de ellos era llegar a tocar las paredes de un glaciar, en nuestro caso el glaciar Nigardsbreen. Y el segundo, sin duda el más ambicioso al ir con niños de corta edad, la subida al famoso Preikestolen o púlpito noruego.
Para atacar esta excursión reservamos nuestros últimos días de viaje, pues está situado en Ryfylke, una región de fiordo ubicada al norte de Stavanger. Cuando planificamos el viaje y por la situación geográfica la decisión se basaba en comenzar o terminar por él y nosotros nos decidimos por ésta última.
Reservamos dos noches en el camping más cercano del que acercarnos al Preikestolen evitando tener que hacer el trayecto de ferry desde la cercana Stavanger aunque nos desplazáramos en coche. Queríamos tener el tiempo suficiente para elevar las garantías de un día despejado para subir. Una circunstancia que en cualquier ruta de montaña es necesaria por evitar contratiempos, en el caso de la subida al Preikestolen es aún más importante. No sólo porque la parte final de la subida es estrecha y de cara al acantilado sino porque además llegar arriba después del esfuerzo y no poder disfrutar de la vista del fiordo de la luz debe ser cuanto menos decepcionante.
Y con esta premisa, en el final de nuestras vacaciones y con dos días reservados de antemano… decidimos adelantar la bajada. El tiempo iba a empeorar y sólo parecía despejado el día de nuestra llegada al camping. De esa forma no podríamos atacar la subida así que decidimos bajar un día antes, bendita decisión.
Llegamos al camping Whatne con nuestra reserva para 24h después y cruzando los dedos. Los campings tienen mucho espacio para campers y autocaravanas, también para caravanas, pero el número de cabañas es más limitado y en nuestra búsqueda desde casa algún camping tuvo el cartel de completo.
Tuvimos suerte y como siempre con una recepción totalmente casera, con unos anfitriones que nos llevaríamos a cualquier viaje y con la amabilidad por bandera no sólo nos dieron la bienvenida sino que nos aplicaron el mismo descuento que teníamos por previa reserva en los siguientes dos días.
El camping está situado en Ryfylkeveien, en la misma carretera dirección a nuestro destino. Un camping sencillo con una explanada verde fantástica. Con servicios bien cuidados y mantenidos y cómo no con una cama elástica para el disfrute de los más pequeños (no faltan en ningún jardín de Noruega). Las cabañas de madera fueron las más caras de todo nuestro viaje, pero también las más grandes. Aunque con decoración algo antigua estaban compuestas de un salón de buen tamaño, dos habitaciones (una con cama de matrimonio y otra con dos literas), una cocina integrada en el salón y baño con ducha. Además de su propia terraza y rodeadas de jardín.
Como todos los camping que utilizamos el entorno es magnífico, rodeados de altas montañas y el fiordo a nuestros pies.
Contemplamos un fantástico atardecer y como en casi todas nuestras vacaciones hacemos una preciosa y sabrosa barbacoa (no hay supermercado que no venda barbacoas desechables y comida para ellas).
Wathne Camping. Ryfylkeveien 2831 4120 Tau E-post: sspeer@online.no
GPS Posisjon:
– Bredde: 59º 4′ 26″
– Lengde: 6º 3′ 41″
Y a descansar, porque al día siguiente sin más esperas atacaremos el Preikestolen. Nuestra decisión de adelantar la llegada nos da sus frutos pues sólo da despejado para las siguientes horas y no podemos dedicar el día a tomar el sol.
Nos dirigimos a Preikestolhytta, donde dejaremos nuestro vehículo en un parking grande con barrera y con servicios. Intentamos ir pronto pues la subida al púlpito es una de las atracciones más visitadas de Noruega. Nosotros seguiremos el ritmo que marquen nuestros peques, sin pausa, pero a su ritmo así que preferimos tener todo el día por delante.
La subida está estimada en torno a las 2h y dependerá de tu forma física hacerlo más rápido o más lento y también las ganas de disfrutar del entorno pues ya la subida tiene zonas para el disfrute.
El púlpito es una formación rocosa de forma cuadrada, se eleva a 604 metros sobre el fiordo Lysefjord (fiordo de la luz). El recorrido desde el parking hasta la cima tiene una longitud de 3800m con un desnivel de 604m. Este desnivel se salva en diferentes etapas, algunas más llevaderas como el comienzo y otras realmente duras por la subida a través de grandes rocas.
El comienzo de la etapa es un pequeño tramo a través de bosque, Boulder Hill, pero ya de subida en un terreno pedregoso que por tratarse del comienzo parece no costar demasiado (pobres incautos).
Para el relax del camino llega después un pequeño respiro. Un camino flotante entre pantanos, Krogebekkmyrane, del que no hay que salirse bajo riesgo de comenzar a subir lleno de barro. Toca coger aire para la gran subida.
Y es que lo que está por venir es para nosotros el tramo más intenso, donde vemos a más gente coger aire y pararse a descansar. El camino se hace duro porque de repente salvamos un gran desnivel en muy pocos metros y además con rocas de desprendimientos de gran tamaño, Neverdalsskaret (¿quién dijo que el noruego era un idioma fácil?).
Para los mayores un incordio para las rodillas para los peques se hace más divertido pues jugamos a la escalada, juzgad vosotros mismos.
Pero una vez finalizado este duro trecho seguimos andando ya de forma más relajada, los desniveles son pequeños y además podemos disfrutar de unas vistas maravillosas, llegamos a los lagos de Tjødnane. Hay quién en la subida o la bajada para aquí a refrescarse, algunos incluso a darse un baño. Nosotros sólo nos deleitamos con las vistas, y es que ya al fondo, aún lejos pero ya visible comenzamos a ver el fiordo Lysefjord
Y desde aquí, una vez que pasamos los lagos es donde los que subimos con pequeños tenemos que tener especial cuidado. Nadie debería despistarse, pero con los niños nunca se sabe. Llegamos a algunos tramos en los que el camino va paralelo a la pared, el camino es estrecho y aunque han construido pequeños pasos de madera en algunas ocasiones y cadenas metálicas para apoyarse en otras, a un lado la pared no nos permite más espacio y al otro está la caída de la montaña.
Nosotros, simplemente con los niños de la mano y en el interior del camino no tuvimos mayor problema que la lógica preocupación de padres. Bien es cierto también que los llevábamos aprendidos porque les habíamos contado qué encontraríamos y cómo debían portarse en esos momentos.
Salvaguardando unas medidas de seguridad básicas nada debería ser complicado.
Y una vez en este punto y superado sólo nos queda comenzar a sonreír, el famoso Preikestolen o Púlpito casi puede tocarse con los dedos, hemos conseguido llegar, hemos ganado y todo el esfuerzo ha merecido la pena.
El día despejado, el fiordo en su esplendor y no demasiada gente. Tened en cuenta como ya hemos dicho que es de los lugares de más afluencia de todo Noruega.
Una vez allí nos tomamos nuestro tiempo. La mayor parte de todos los que hacemos esta ruta queremos disfrutarla, por lo que nos sentamos con calma, reponemos fuerzas con un pequeño tentempié y ya después damos paso a las fotos. Hay que inmortalizar el momento, no todos consiguen un hito así.
Nuestras recomendaciones: Cuando comenzamos a buscar información sobre tiempos de subida, bajada, posibilidades con niños, etc. nos encontramos con mucha y diversa información. Desde el que nos decía que imposible hasta el que lo interpretaba como una tarea fácil. Incluso entre adultos hay quién describe la ruta como muy difícil y no apta para quién no está acostumbrado a este tipo de actividades.
Nuestra experiencia, que espero os sirva a todos aquellos que viajáis con peques, es que no debéis descartarlo, pero también ser conscientes de la realidad de cada uno. Es una subida exigente por el desnivel y por el terreno. No demasiado larga pues para una estimación de adulto de 2h de subida nosotros tardamos 2h 30min. Subimos con nuestros peques que en ese momento tenían 4 (los cumplía al día siguiente de la subida) y 9 años. Acostumbrados a rutas montañeras de domingo y a los que les gusta hacerlas pero buscando los recursos del camino que les hacen disfrutar del esfuerzo sin darse cuenta. Fue curioso ver cómo en la cima nos preguntaban si el peque había subido sólo y al decirles que sí le estuvieron aplaudiendo. Pero también vimos una pareja muy anciana de asiáticos que paso a paso y poco a poco consiguió llegar.
El calzado de montaña se hace imprescindible (vimos mujeres que calzaban tenis o bailarinas) así como llevar agua y algún alimento para reponer fuerzas.
Gran parte de la ruta es además pedregosa por lo que si el día anterior ha llovido la dificultad aumenta pues se convierte en muy resbaladiza.
Y sin duda por mucho que nos motive realizarla si el día está cubierto no merece la pena el esfuerzo, pues al llegar arriba hemos visto fotos en las que las nubes no dejaban ver a un metro. Deberíamos tener en cuenta este factor.
Si subir al Preikestolen está entre tus planes futuros sólo podemos animarte, es una ruta espectacular y las vistas simplemente colosales. Esperamos que nuestro camino haga más sencillo el tuyo pero si tienes alguna pregunta o nos hemos dejado algo sin contar no dudes en dejarlo en nuestros comentarios.
Jolín, qué ganas!!
Tengo una duda: en los tramos más estrechos antes de llegar ¿hay zonas en que el vértigo se puede apoderar de ti? Cada vez llevo peor lo de las alturas…
Hola Loli,
Voy a ser sincera, el paso no es complicado, de hecho han puesto alguna cadena para infundir más seguridad, y yendo con cautela no es peligroso, pero dicho esto, sí, los pasos son estrechos y la caída se percibe muy vertical por lo que puede que los nervios afloren. Aún así no debería ser ningún impedimento para llegar hasta la cima. Supongo que no serás capaz de sentarte en el borde pero aún así el espectáculo merece la pena. Tengo algún vídeo de los pasos estrechos, ya te los enseñaré.
No podemos dejar que nuestros miedos no nos permitan disfrutar así que,,,, adelante!!
Un besote compi!!
Precioso relato !!! y una suerte el haber podido realizado.
Gracias Irune, Noruega fue un antes y un después en nuestra vida, nos convirtió en furgoneteros y nos hizo cumplir un sueño. Nos pareció un país espectacular, el lugar perfecto para desconectar del ritmo normal y volver a conectar con uno mismo.
Sin duda…volveremos!!!
Muxu!!
Me lo apunto para cuando podamos ir a Noruega que tenemos muchas ganas. Una ruta impresionante y El Paso por las rocas uff, que sufrimiento para las rodillas, pero las vistas seguro que merecen el esfuerzo ?
Me lo apunto para cuando hagamos nuestro viaje a Noruega. Menuda ruta aunque El Paso por las rutas ufff menuda pesadilla para las rodillas aunque seguro que las vistas buen merecen el esfuerzo. Una ruta espectacular ?
Buenas,
Este verano me voy a Noruega con la furgoneta y el peludo. Esta ruta, ¿se puede hacer con perro? Es un perro grande.
Gracias
Hola Eva!
Los peludos son siempre todo terreno!! Parte del tramo de ruta no tiene ninguna dificultad para el, sólo hay un trozo en el que el desnivel es como la subida a una escalera de escalones muy altos, pues son rocas desprendidas de gran tamaño. A nuestro enano de 3 años había que subirle de una a otra jaja, pero para el peludo seguro que es un ejercicio divertido.
Sólo te recomiendo un poco de cuidado en el último tramo, en el que los cortados y la gente pasando por un sitio tan estrecho pueden hacerte una mala jugada. En ese tramo llévale atado en corto y ten paciencia. Pero miedo ninguno.
A lo largo de la ruta hay dos puntos donde encontrarás pequeños lagos donde puede beber y bañarse.
Esperamos que lo disfrutes… y nos lo cuentes!!
Muchas gracias! Es un galgo y tiene las patas muy finitas y cuando el terreno se pone complicado y abrupto, se le complica un poco la cosa.