Ouazarzate
Llega nuestro acercamiento al desierto, el que va a ser nuestro plato fuerte de marruecos, pero antes nos espera otra sorpresa en el camino.
En nuestra ruta por el sur de Marruecos nos dirigimos a Uarzazat o Ouarzazate, parada obligatoria antes de llegar al desierto del Sahara. Ésta ciudad también conocida como La puerta del desierto es conocida, entre otras cosas, por albergar algunos de los escenarios de película más repetidos del cine y albergar los estudios Atlas. Algunas películas como la Joya del Nilo, Asterix y Cleopatra o Los Diez Mandamientos tienen escenas rodadas en ella y series más recientes como la archiconocida Juego de Tronos también. En nuestra planificación estaba visitarlos pero la falta de tiempo que arrastramos nos lo impide y debemos elegir.
Por ello y casi sin luz, hacemos parada a 30km de la ciudad para observar como el sol se pone en la Kasbah Ait Ben Haddou. También ésta ha sido escenario de películas como Lawrence de Arabia, Gladiator, La Momia y la Joya del Nilo.
Pero qué es una Kasbah?
Tal y como indica la web www.marruecos.com las Kasbah son espacios fortificados de origen bereber.
Era un lugar donde las personas se protegían contra intrusos y ataques, pero también donde pudieran protegerse de las tormentas de arena, o el exceso de frío que podía matar el ganado, por ejemplo. Era un lugar de protección de altos muros.
Por lo general, los edificios con muros altos y torres se encuentran en las esquinas – porque la planta es generalmente cuadrada. Las casas señoriales de las Kasbah tiene un gran espacio para recibir a los visitantes – que normalmente estaba reservada para los hombres – y un corral en la planta baja de la vivienda, para el ganado.
La primera ya la hemos nombrado, Ait Ben Haddou, y en ella vimos uno de los anocheceres más rojos que pudimos disfrutar en Marruecos.
Una vez que el sol nos dejó a oscuras cogemos de nuevo nuestras casas con ruedas y nos dirigimos al camping municipal de Ouarzazate, donde vamos a pasar la noche. Nos recogemos allí, pero la noche es tan cálida que decidimos salir a cenar fuera y dar un paseo por la zona. El camping es céntrico por lo que no es necesario coger vehículos ni taxis.
Municipal Ouarzazate
quartier Sidi Daoud, 45000 Ouarzazate, Morocco
Tel.: +212667760364 | E-mail: camping.ouar@gmail.com
GPS:
N 30.92356, W 6.88657
N 30°55’25», W 6°53’12»
Sin embargo son horas tardías y a medida que paseamos comenzamos a ver que no será fácil encontrar lugar para cenar. Llevamos un restaurante anotado como recomendación pero al preguntar por él nos indican que está muy lejos y optamos por entrar en el primero que vemos.
No diré que la calidad de la comida era mala, pero podríamos considerar que está encaminada al turismo y no nos gusta como lo que ya hemos disfrutado. El menú es más caro y bastante más escaso. Aún así la sopa Harira que degustamos es rica y el tagine también tiene buen sabor, aunque escasea lo que encontramos en él.
Con la cena finalizada y la sensación de que nos quiere echar del lugar para cerrar, comenzamos el regreso al camping dando un nuevo paseo y viendo la Kasbah que mañana visitaremos completamente iluminada de colores.
Llega la mañana siguiente con un sol como el que siempre te recibe en Marruecos. Abonamos el camping, 50 Dirhams (5€ aprox) por una estancia de una noche, furgo + 2 adultos (niños no pagan) y aparcamos en el parking del propio edificio.
Hoy vamos a visitarla por dentro y para ello abonamos la tarifa por adulto, 20 Dirhams (2€ aprox) porque de nuevo los niños no pagan. Ya podían aprender las grandes ciudades, no?.
La kasbah de Taourirt, declarada patrimonio de la humanidad fue la residencia de uno de los más importantes gobernadores de la ciudad. Construida en el siglo XVIII no se finalizó hasta el siglo XX, por orden del “señor del Atlas” Hamadi EL Glaoui.
Es una fortificación formada por muros e intramuros que la hacen inexpugnable a la vista de los turistas. Las paredes son de un grosor tal que impiden la pérdida de calor y la entrada de frío, con la intención de preservar una temperatura adecuada al interior.
Accedemos a ella y comenzamos a recorrerla por nuestra cuenta, no es necesario un guía que nos impida perdernos y nos permite dedicar el tiempo que queramos a la visita.
Actualmente no está amueblada por lo que vamos viendo estancias en las que la imaginación es necesaria para situarnos en una época pasada.
Sólo en las últimas salas encontramos uso de ellas, con una exposición de pintura que le encanta a nuestro benjamín.
Cuando salimos de la kasbah pensando que nuestro recorrido se ha acabado en la misma entrada nos indican que por una puerta adyacente accedemos a las antiguas cocinas de la misma. Lo cierto es que damos veracidad a la información que nos dan porque las estancias forman parte del mismo edificio, pero una vez que entramos nos damos cuenta de que se trata de una «tienda» un tanto especial. Todo lo que vemos son, categorizados por producto, aperos de cocina, teteras, platos, alfombras, etc.
Aunque para pretender vender cada uno de estos productos los precios son altísimos, tanto como la capa de polvo que los recubre. Una sensación agridulce de esta última visita, aunque no deja de ser curioso.
Una vez damos por finalizada la visita recorremos la medina de Ouazarzate, lo hacemos casi en solitario. Nuestro paseo discurre por un pequeño laberinto de calles estrechas en las que apenas nos cruzamos con una pequeña tienda. No parece fácil perderse y sin embargo en apenas unos minutos el grupo de ha separado y no somos capaces de encontrarnos. Estas son las Medinas marroquís, parte de su encanto reside en esa sensación de laberinto al que no estamos acostumbrados. Pero no nos vamos a ir dejando parte del grupo a su suerte así que nos paramos, comenzamos a escuchar y en apenas unos minutos estamos de nuevo juntos.
Si esto hubiera sido la medina de Fez otro gallo hubiera cantado, pero afortunadamente Ouazarzate es una pequeña ciudad y podemos seguir nuestro rumbo, nos espera el desierto, la etapa que esperamos con tanta ilusión.
Que buenos recuerdos! Un punto 100% recomendable en nuestro viaje paje por Marruecos.
Gracias Silvia
Realmente los niños disfrutan un montón en Marruecos, los niños locales tienen bastante libertad asi que los europeos lo sienten. También obviamente les llama mucho la atención los colores y los animales por la calle, es una experiencia fantástica para ellos
Creo que el choque de culturas les sorprende, les suscita muchas preguntas y se vuelven observadores. Pero nunca les genera un sentimiento negativo. Sin duda un viaje muy recomendable con niños!! gracias por pasarte por aquí. 🙂